¿Gratis sí y pagando no?

Estos días me llama la atención como, de repente, hemos visto la luz y hemos entendido parte del gran valor que tienen la cultura y el periodismo profesional en nuestras vidas.

El mundo de la cultura y el periodismo demuestran su generosidad y solidaridad ofreciendo su trabajo gratis para ayudar a pasar el confinamiento y para que podamos informarnos con veracidad. Hoy aplaudimos su profesionalidad y acudimos a ellos y a ellas para que nos acompañen y nos hagan más llevadero el confinamiento; disfrutamos con esos conciertos en directo en instagram, nos paseamos por los museos virtuales, acudimos a las salas de cine digitales y nos acordamos de las bibliotecas electrónicas; y consumimos más periodismo que nunca, porque en esos días, si algo nos queda claro es que la información veraz y contrastada que necesitamos en ese tiempo lleno de incertidumbres sólo nos la ofrecen los y las profesionales que lo están dando todo para que sepamos lo que ocurre, pero también para acompañarnos en la soledad de nuestro hogar.

Sugiero que cuando salgamos al balcón a aplaudir, nos acordemos también de la gente de la cultura y el periodismo

Sugiero pues que cuando salgamos al balcón a aplaudir, nos acordemos también de la gente de la cultura y el periodismo, que sea desde sus puestos de trabajo o desde su casa, nos acompañan y nos ayudan a ser seres más críticos, más autónomos y, por qué no, algo más felices.

Y sugiero también que aprovechemos esos días para reflexionar un poco. ¿Os habéis dado cuenta de que parece que hoy hayamos descubierto a todos y todas esas profesionales como la copa de un pino que ya estaban ahí hace un mes y ni siquiera los mirábamos, o peor aún, nos indignábamos por el precio de su trabajo? ¿Cuantas veces os habéis quejado por el coste de un concierto, un libro o una obra de teatro, cuantas veces habéis discutido por los contenidos periodísticos digitales de pago?

Cultura e información contrastada y bien elaborada por profesionales deberían ser nuestro alimento espiritual contínuo

Está claro que hoy todos ellos y todas ellas forman parte de nuestra supervivencia. Y yo me pregunto, ¿forman parte de nuestra supervivencia sólo ahora, que no podemos movernos de casa? ¿O deberían ser parte esencial de nuestra supervivencia habitual como individuos y como sociedad? La respuesta es clara, clarísima para mí. Cultura e información contrastada y bien elaborada por profesionales deberían ser nuestro alimento espiritual contínuo. Aprovechemos estos días de confinamiento para reflexionar sobre ello y quizás, sólo quizás, cuando eso pase, seamos capaces de mirarles de otro modo, de entender, aceptar y valorar que su trabajo, como el de todos nosotros y nosotras, tiene un precio porque conlleva un esfuerzo, un aprendizaje y una elaboración. Que su trabajo nos aporta un valor incalculable como individuos y como sociedad.

 

Artículo publicado en Club Còrtum el 20 de marzo de 2020

Actua!

La setmana passada, el ministre de Ciència i Innovació, Pedro Duque, penjava a xarxes un vídeo amable i pedagògic responent a una pregunta del programa La Resistencia. En tot el vídeo hi planava una idea: la necessitat de qüestionar-s’ho tot, de pensar. Aquest qüestionament i pensament que ens pot portar, sense imaginar-nos-ho, a descobriments científics de gran transcendència.

La cultura, com la ciència, té aquesta virtut. Perquè quan parlem de cultura, no ens referim, només, a distracció, a evasió i a gaudi, que també. Totes les manifestacions culturals ens obren la ment, ens conviden a pensar, a introduir-nos en altres móns, en altres vides, a comprendre, estimar i odiar.

Arribats en aquest punt, una premissa queda clara: que la cultura és central en la formació de l’individu, i de la societat, és una realitat inqüestionable. I per tant, destinar-hi pressupostos públics per tal que tothom tingui iguals oportunitats per accedir-hi i per practicar-la hauria de ser una prioritat de tot Govern que treballi per al millor desenvolupament individual i col·lectiu dels seus ciutadans i ciutadanes.

Malauradament no sé si aquesta premissa la té clara la consellera de Cultura ni el Govern de la Generalitat, que tant se n’omple la boca, de la cultura, de certa cultura, això sí. Crec sincerament que no l’hi tenen o que, pitjor, els importa ben poc el desenvolupament individual i col·lectiu de catalans i catalanes que és, en definitiva, el desenvolupament del pensament crític. I em permeto de fer aquesta afirmació perquè les xifres d’inversió cultural a Catalunya són paupèrrimes, desesperançadores i diríem que indecents: un 0,67% del pressupost global de la Generalitat. El sector s’ha unit en la plataforma Actua Cultura per demanar que en màxim tres anys s’hi destini un 2% del pressupost, que és la mitjana d’inversió dels països de la Unió Europea. No sembla que la demanda sigui desorbitada, oi?

El proper 9 de març, a les 16h, Actua Cultura ha convocat un acte a la Plaça del Rei de Barcelona amb el lema “Un crit per la cultura”. Sí, hem de cridar, i cridar ben fort, com diuen a la convocatòria “que la vida sense cultura és pura supervivència biològica”!

 

Article publicat a Club Còrtum el 25 de febrer de 2020

¿Es machista la RAE?

Lo siento, pero tengo la necesidad de empezar a decir las cosas por su nombre y sin complejos. No sé si la RAE es machista, pero lo que sí tengo claro es que el “Informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución” es claramente machista y tendencioso. Lo reconozco, he tenido la santa paciencia de leerlo enterito, y a cada página, a cada sentencia, me indignaba más y más. Es cierto, el lenguaje es androcéntrico. Normal, se ha creado, y ha evolucionado hasta hoy, en una sociedad androcéntrica, y yo diría machista. Pero la realidad es que el lenguaje evoluciona con esa sociedad que le da vida, porque ¿qué es el lenguaje sin sus hablantes, sino materia muerta e historia pasada?

Creo sinceramente que en el informe de la RAE hay un problema de fondo, parece ignorar que el lenguaje nos dice, que es a través del lenguaje que construimos nuestro mundo, que lo entendemos y nos posicionamos en él, que su componente comunicativo es, también, un componente socializador. Por ello, y porque el lenguaje es vivo, debe adaptarse a la realidad cambiante que vivimos, y eso no significa solamente adoptar los nuevos vocablos necesarios para mencionar las nuevas realidades, también debe adecuar tanto el léxico como la gramática a esa realidad que viene y que ya es.

En el Informe, la RAE reconoce que los hablanttes van por delante de la Academia y que ésta “se limita a ser testigo del empleo colectivo mayoritariamente refrendado por los hablantes, así como a describir estos usos en sus publicaciones.” Bien, entonces ¿si ya a nadie se le ocurre llamar presidente a una presidenta, ¿por qué no lo recoje la Academia? Por ejemplo.

Me preocupa que en el Informe se proponga dos acepciones de lenguaje inclusivo: el que debería mencionar a ambos géneros y el que incluye en el masculino, el femenino. ¿Y cuál es la acepción que utiliza la RAE en todo el texto? Exacto, habla de lenguaje inclusivo para referirse a la segunda acepción, claramente exclusivista. Me parece toda una perversión lingüística, muy en voga entre ciertas formaciones políticas en la actualidad, por cierto.

Me parece tendencioso que desdoblemos Rey y Reina y príncipe y princesa, “mucho más considerando que el próximo Jefe del Estado tendrá previsiblemente sexo femenino”, según escribe la RAE. I más aún cuando más adelante se nos dice que: “Es igualmente esperable que los sustantivos masculinos plurales diputados y senadores aparezcan con elevada frecuencia en la Constitución, siempre con valor inclusivo”. A ver si lo entiendo, tenemos tres vicepresidentas y un vicepresidente y no podemos desdoblar, pero sí rey y reina porque la futura jefa del estado serà previsiblement mujer. ¿Muy científico no parece este argumento, no?

Seguimos. En el informe se hace una comparativa con otras constituciones y se constata que en la mayoría el uso del lenguaje es similar pero que sí se produce un cambio entre la constitución Venezolana de 1999 y la de 2009. ¿Normal, no? Los cambios se están produciendo com más intensidad en los últimos años. En el siglo XX el androcentrismo, y el machismo, campaban a sus anchas, y quienes se atrevían a plantarles cara eran unas valientes que lograron grandes avances, pero no eran aún la mayoría que somos hoy.

Y acabo, aunque podría seguir con todos y cada uno de los “argumentos”. Leemos en el Informe: “La expresión nominal los pasajeros del avión no invisibiliza a las pasajeras ni es irrespetuosa con ellas, sino que las abarca o las incluye, de acuerdo con el sentimiento lingüístico de los hispanohablantes de todo el mundo.” ¿En serio? Pues ese no es mi sentimiento ni el de miles de mujeres que no nos sentimos incluidas en esta expresión ni representadas por un lenguaje que cuando menos, nos ignora.

Decía Virginia Woolf: “La historia de la mayoría de las mujeres está oculta por el silencio o por adornos que equivalen al silencio”. Somos protagonistas de nuestra historia y nadie, nunca más, hablará por nosotras.

 

Article publicat a Club Còrtum el 3 de febrer de 2020